Obituario: Ha fallecido D. Ramón Orellana Cabrera, antiguo Hermano Mayor de nuestra Hermandad

Con profunda tristeza comunicamos que en el día de hoy ha fallecido N.H.D. Ramón Orellana Cabrera, Hermano Mayor que fue de nuestra Hermandad entre los años 1972 a 1977. Nos unimos al dolor de todos sus familiares, especialmente al de sus hijos. Sus restos han sido trasladados al Tanatorio de la SE-30, Sala 3. Mañana, viernes 20 de diciembre, se oficiará Misa Corpore in Sepulto en nuestra Parroquia, a las 19:00 horas.

Ramón nos deja un legado imposible de olvidar y de inmensas dimensiones, pero por encima de todo quedará la huella imborrable de su educación, simpatía, humildad y una inmensa bondad humana. Nuestro querido Ramón Orellana ya goza de la presencia de Nuestro Padre Jesús Cautivo y su bendita Madre de las Mercedes, a quienes rendía una enorme devoción. Siempre estará en nuestros corazones D. Ramón Orellana Cabrera. Brille para él la Luz Perpetua. Descanse en Paz.

D. RAMÓN ORELLANA CABRERA

Inició su andadura como Hermano Mayor, con “mano firme y segura”, consiguiendo dos viejas aspiraciones: la Casa de Hermandad, en la Avd. de los Teatinos y la corona de oro para la Santísima Virgen de las Mercedes, que a la postre serviría para que la reconocieran como Coronada canónicamente. Fue el 23 de septiembre de 1972, imponiendo la corona su Su Eminencia Reverendísima, el Cardenal Arzobispo de Sevilla, doctor D. José María Bueno Monreal.

Quisiéramos destacar la fecha del 12 de marzo de 1973, pues se celebró el primer Cabildo de Oficiales en la Casa de Hermandad, y el día de su inauguración, como no podía ser de otra forma, se organizó una donación de sangre para la Seguridad Social y ayudar a las personas enfermas. La importancia de nuestra Casa-Hermandad, no siempre es bien valorada, pues quien invierte en casa-hermandad, está invirtiendo en futuro. Futuro de hermanos reunidos en torno a una devoción, a una espiritualidad y amor a sus Titulares. De educación cofradiera y de convivencia tanto espiritual, como sentimental, de los mayores con los más jóvenes, por tanto
transmisión de historia y espiritualidad. Todo eso, lo propició D. Ramón.

Podríamos seguir hablando, de lo mucho que consiguió, de las potencias de oro del Señor, de la adecuación y reformas que necesitó la casa, de la primera medalla de oro que se concedió, a D. Antonio González Abato, de las ayudas de la Bolsa de Caridad, destacando la otorgada a niños de Santa Genoveva que no podían pagar el autobús, eran otros tiempos, en que la Hermandad, siempre estaba dispuesta a paliar las necesidades de su barrio.

No se puede terminar de hablar de D. Ramón, figura nerviosa, que siempre aparentaba tranquilidad, sin nombrar a su mujer, María Antonia, la que siempre alentó y ayudó a su marido, en todo momento. Se puede aplicar el dicho aquel, que detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer, esa era la mujer de nuestro querido Ramón. Descanse en Paz.