San Juan Evangelista

La imagen de San Juan Evangelista, es la tercera de las imágenes que fue encargada a José Paz Vélez. Retrocedamos en el tiempo. Cuando ya recibían culto las imágenes de nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora de las Mercedes, algunos miembros de la Hermandad propusieron que se le encargara a nuestro imaginero la realización de una imagen de San Juan que recogiera el pasaje evangélico en el que Jesús encomienda al Discípulo Juan el cuidado de su madre, es decir, lo que nosotros conocemos como San Juan “en la Tercera Palabra”.

En 1958 y donada por un grupo de hermanos, José Paz Vélez talló la imagen de tamaño natural, de San Juan para Nuestra Hermandad, para la que nuevamente se le dejo libertad de realización, aunque se hizo el correspondiente boceto previo.

Desde el principio, el discípulo Juan ha sido considerado como patrón de la Juventud, por ser el más joven de los apóstoles que acompañaban a Jesús. Es por ello por lo que los rasgos fisonómicos de San Juan son los habituales: rostro aniñado, barba y bigote incipiente y manos giradas hacia un lado, como queriendo indicar a María, a quien iconográficamente acompaña, un camino de seguimiento de Jesús, camino que fue ella misma quien inicio en la casa de Nazaret. La melena no es demasiado larga, pero si rizada y movida, y las cejas aparecen nuevamente fruncidas, largas y perfiladas, así como la boca también un tanto entreabierto. Son rasgos propios del estilo del autor que se mantienen en nuestras imágenes, a los que se añade el hecho que, del mismo modo que en la imagen de Jesús Cautivo, el cabello queda algo recogido en la parte izquierda, dejando también visible dicha oreja. El rostro no es demasiado grande y la expresión de los ojos es triste, presentándolos incluso llorosos. El modelado es igualmente suave, y las formas redondeadas, imprimiéndolo una vez más la misma dulzura y suavidad que forman parte de la personalidad artística de Paz Vélez.

Su propio autor, al igual que la imagen de Jesús Cautivo, realizo un cuerpo nuevo y restauración completa de la talla de San Juan en 1999, quedando desde ese momento más clara la policromía de la misma.