Nuestra Señora de las Mercedes, peregrina por su barrio.
“Como la lluvia hace germinar la tierra, así es mi palabra”. (Is 55,10-11).
Nuestra parroquia, como todos los años, el 24 de septiembre, se viste de gala para celebrar la fiesta de su titular: Ntra. Sra. de las Mercedes. Este año tendremos la dicha de contar con la presencia de nuestro señor Arzobispo, Don José Ángel Saiz Meneses, para presidir la Santa Misa. Esta celebración litúrgica nos ayuda a descubrir el papel fundamental que desempeña María en la redención que Dios ha proyectado para todos. Por eso, el profeta Isaías, para hacernos comprender esta realidad, compara la lluvia, que hace germinar la tierra, con la misma acción de Dios: la Palabra que sale de su boca. Palabra que no es otra que Jesucristo. En efecto, la semilla, para que germine, necesita una tierra labrada y, además, regada. Así, María se presenta como esa tierra fecunda que la gracia ha ido labrando y regando para hacer germinar en ella el Verbo Eterno de Dios y sus frutos. La cuestión está en saber cuál es el requisito para que la gracia de Dios pueda trabajar en nosotros, al modo en que actuó en María. Sin titubeos, el requisito por nuestra parte es: el abrirse a la acción del Espíritu Santo, que es la gracia de Dios, mediante un “sí” libre y generoso como el de María, ante la propuesta que recibió de Dios por medio de su Ángel.
Con esto como preámbulo, podemos abordar el primer fruto de la acción de Dios en nosotros. Fruto que, sin el cual, no sería posible un “sí” personal al misterio de Dios. Por lo tanto, la Fe es el fundamento necesario para corresponder a la vida cristiana que Dios nos propone. Vida que no se limita a las realidades visibles sino que, igualmente, abraza las invisibles, teniéndolas como meta de todas las visibles. Es decir, la Fe es aquello que nos hace “asentir” a las verdades que Dios nos revela y que no vemos, y que, aún así, esperamos alcanzar con certeza, mediante el vínculo del amor. Así, María es la mujer donde: el fruto de la acción de Dios ha alcanzado su máximo exponente por haber cooperado con su humilde “sí” al plan salvífico de Dios. En definitiva, todo es gracia, porque: todo es acción de Dios en nosotros y por nosotros.
Por esto, María es para nosotros el referente de una Fe vivida en la coherencia de la gracia y en la alegría que esta Fe genera. No podemos olvidar que, lo primero que hace María tras su “sí”, es ponerse en camino para comunicar su alegría a su prima Isabel. Peregrinación que produce un encuentro, un acercamiento, un contacto para comunicar la alegría de un misterio de Fe, de una realidad de amor. Con la intención de comunicar, a ejemplo de María, la alegría que experimentamos al vivir coherentemente nuestra Fe, nuestra Hermandad hace peregrinar, nuevamente, por las calles de su barrio, hasta “su Colegio”, a la Virgen de las Mercedes. Esperando que su presencia haga exclamar, a vecinos y alumnos, la misma frase que Isabel dirigió a María: “Bienaventurada tú que has creído” (Lc 1,45).
Florentino Córcoles Calero
Párroco y Director Espiritual de la Hermandad